¿Cómo estás? yo hoy me he levantado con ganas de organizar esa habitación que tenemos todos donde metemos trastos; no me gusta llamarla trastero pero a veces, no queda más remedio. Aunque lo que realmente quiero es agarrar un par de muebles que tengo allí para ver si no están muy deteriorados y empezar a darles uso; en concreto un armario y una mesa para el salón. Y seguramente también te ha ocurrido algo parecido. Ya sea con un mueble que guardas para que no ocupe sitio, u otro que colocas en la terraza y se va deteriorando por culpa de la luz solar. Así que hoy usando un par de cosillas que puedes encontrar gracias a Luis Hernández, CEO de Misstoolbox, y otro par que tendrás por casa, te voy a enseñar a lijar tus muebles para rejuvenecerlos y volver a darles uso.
Y es que no solo tiene que tratarse de muebles viejos, también puede darse el caso de que te encuentres de cara con esa mesita de noche que andabas buscando, o ese mueble para el recibir, pero que su color no te encaje con el ambiente que tienes en esas estancias o que simplemente no te guste y quieras repintarlo, así que vamos allá.
Lo primero, protegerse a uno mismo; vas a utilizar una lija durante bastante rato, por lo que vas a estar esparciendo continuamente partículas de madera y barniz al aire. y no creo que quieras respirarlas. Una mascarilla y unas gafas protectores te vendrán genial para eso, así como también unos guantes, porque siempre se te puede ir la mano y que termines lijándote un dedo sin querer. Sobre todo si vas a lijar a mano sin usar una lijadora, así que más vale prevenir que curar. La mejor opción sin duda es usar una lijadora, así te aseguras de que siempre se aplicará la misma fuerza sobre toda la superficie.
Hay que tener en cuenta el acabado del mueble. Por norma general, la mayoría tendrán barniz o pintura, por lo que lo más recomendable es usar papel de lija. Lo mejor es que tengas de distintos tamaños; de grano grueso, mediano y fino. El más grueso te ayudará a eliminar el barniz, o la pintura que tenga el mueble, y después usarás otro más fino para suavizar el primer lijado. Dobla el papel de lija sobre sí mismo si lo necesitas y frota de forma continua y ejerciendo una presión media. Es importante que lo hagas en la dirección de las vetas de la madera; de no ser así, podrías producir arañazos o marcas que se notarán más tarde. De todas formas, según la forma del mueble, puede que haya zonas donde consigas mejor presión y lijado haciéndolo en la dirección contraria; oomo puede ser, donde se unan dos listones. Bueno, hazlo así y luego suave en la dirección de las vetas para eliminar los posibles arañazos.
Puede ser que haya otras zonas del mueble donde te sea difícil acceder y lijar bien. Si no tienes una lijadora, puedes probar a envolver un trozo de madera, u otro utensilio con el papel de lija. De forma que así puedas acceder, aunque también puede que no te quede otra que desmontar el mueble. Bueno, no tengas miedo, la mayoría de muebles hoy en día van atornillados, así que no tendrías que tener mayor problema, eso si, no pierdas los tornillos.
Una vez hayas lijado todo el mueble con el papel de lija mas grueso, y conseguido que la primera capa (o capas) desaparezcan, pasa al papel de lija de grano medio, así podrás borrar cualquier marca que haya dejado la lija más gruesa, no sin antes usar un cepillo para eliminar residuos que no hayan salido.
Y ya casi estamos, si aun no te convence puedes usar una lija con grano fino para suavizar aun más y conseguir un acabado aún mas liso, e igual que antes usa un cepillo, o una aspiradora para limpiar los posibles residuos y ya tendrías tu mueble lijado, y listo para que hagas con él lo que quieras: volver a barnizar, darle una capa de imprimación para luego pintarlo de colores, ponerle vinilos o incluso papel adhesivo decorado. ¡Será por acabados y será por posibilidades ...!