El azúcar es un elemento común que utilizamos a diario sin darlev ninguna importancia, pero su historia es muy antigua y se remonta a muchos siglos antes de Cristo. Durante la expedición de Darío al valle de río Indo – 500 años A.C, los persas descubrieron una "caña que daba miel sin la intervención de las abejas", tomaron unas muestras y las plantaron en su país . Alejandro Magno al conquistar Persia las descubrió.
También los egipcios en el tiempo de los faraones extraían azúcar de caña, pero era un azúcar turbio y entonces descubrieron las posibilidades azucareras de la remolacha que cultivaban. En un estuche de la época del faraón Tutankhamon la remolacha está representada al lado de frutas y verduras en el huerto real.
Llegados a la Edad Media, Venecia debió en parte su prosperidad al azúcar que le llegaba de Asia. Por aquel entonces el azúcar era un producto difícil de obtener y por lo tanto muy apreciado, su precio era altísimo y solamente los más nobles lo consumían. Marco Polo fue quien trajo a la vuelta de uno de sus viajes unos esquejes de caña de azúcar que más tarde fueron plantados en las Islas Canarias y en Madeira.
El descubrimiento del Nuevo Mundo originó una revolución en el comercio y la producción del azúcar. La caña de azúcar fue llevada a las Antillas y al Caribe que con su clima cálido y húmedo resultó una tierra ideal para este cultivo.
El azúcar continuó durante siglos siendo un producto exclusivo y no pasó a ser considerado "alimento" hasta mediados del siglo XIX gracias al azúcar de remolacha que abarató el producto hasta hacerlo asequible a todos los hogares.